Proliferan los cursos, semanas, exposiciones en los museos y simposios también dedicados al cómic, y todo coronado por la disparatada instauración hace más de un año del premio Nacional de Cómic, con el que nuestro Ministerio de Cultura enaltece al dibujante de monigotes con la misma dignidad (y el mismo dinero) que otorga al mejor novelista, poeta o ensayista del año.
Que muchos ciudadanos, y entre ellos filósofos de fuste y poetisas de la experiencia, sean devotos acérrimos de los dibujitos me parece respetable; toda manía que no haga daño al prójimo lo es, aunque yo diría que coleccionar sellos revela más sensibilidad que coleccionar tiras cómicas.
Después de la conmoción causada y de las respuestas recibidas (pincha aquí para leer la de Álvaro Pons en la Cárcel de Papel al que Molina Foix alude en su artículo, la de Pepo Pérez, la de Juan Gómez-Jurado en La Voz de Galicia, José Manuel Serrano Cueto en Pasión por el Cine etc...), entre ellas una página en Facebook con el título de "Molina Foix, deja en paz a los cómics", Vicente Molina Foix promete desde su blog escribir una respuesta en pocas semanas:
Interrumpo hoy mi diario de rodaje para pedir a los numerosos comentaristas de las dos últimas entradas de este blog una moratoria que me permita responder en pocas semanas, cuando aquél acabe, a la indignación mayoritaria suscitada por mi artículo (...). Quiero hacerlo de una forma que ahora, en condiciones laborales muy duras y absorbentes, me resulta imposible: con la atención y el respeto debidos, los mismos que han mostrado en sus ponderadas réplicas el crítico Álvaro Pons, por ejemplo, y otros airados lectores. A quienes únicamente han lanzado insultos de baja estofa nada les debo.
Quiero adelantar a ese prometido texto futuro dos breves apuntes. La finalidad del artículo de ‘Tiempo' no era la ofensa, un modo de trato que no está entre mis muchos defectos. Y no voy a apelar a la libertad de expresión para defenderme, pues la considero algo demasiado noble y hasta sagrado como para atribuírmela en este caso. Sólo invocaré la libertad de gusto, que es cosa muy distinta y, por su propia naturaleza (tan compartidamente humana), arbitraria.
Es de agradecer que Vicente Molina Foix se haya hecho eco de la polémica que ha provocado su artículo y prometa dar una respuesta meditada. El problema es que, al pedir la moratoria -cosa, por otro lado, perfectamente comprensible si se encuentra inmerso en el rodaje de una película-, su futuro artículo levanta tanta expectación que va a ser difícil que que no decepcione. Al menos, los dos apuntes que ofrece, su apelación al gusto y su afán de no ofender, resultan poco satisfactorios en mi opinión. Éste parece el sentir general, si tenemos en cuenta los comentarios que aparecían en su blog. Copio el que yo escribí (208 cuando escribo estas lineas) basado en las ideas que plasmé en mi post anterior y en el blog de la AACE.
Estimado señor Molina Foix, Esperaríamos de opiniones tan controvertidas mejor justificación que el mero énfasis con el que se vierten o la apelación al gusto personal y arbitrario. No es éste el que le lleva a alguien a oponerse en una columna de opinión al Premio Nacional de Cómic o a la consideración del tebeo como una de las bellas artes. ¿Por qué tiene menos mérito artístico la creación de un cómic que la de una novela o un ensayo?, es una de las preguntas que le viene a la cabeza a un dibujante cuando lee su artículo y que le rogaría que desarrollara en su futuro texto.Por otro lado, parece salvar a las viñetas de prensa que, según usted, tienen una dimensión distinta. No acierto a imaginar de qué forma puede el medio resentirse al aumentar el número viñetas y formar un libro completo. Quizá nos pueda ilustrar al respecto prescindiendo del recurso fácil de arrojar un enjambre de grandes nombres.
Por otro lado, el director de la revista Tiempo se desmarca de las opiniones de Molina Foix en un correo personal al editor V de Veleta cuyos puntos substanciales me permito reproducir aquí:
Sr, D.Alejandro V. Casasola Medina
Muchas gracias (...) por escribirnos para mostrar su descontento por el contenido de un artículo de nuestro colaborador (...). Yo tampoco estoy de acuerdo con lo que él dice. Siempre me han gustado los comics y me merecen mucho más que respeto(...). Creo que el señor Molina Foix debería reflexionar sobre su posición y así se lo indicaremos. (...) A pesar de todo, la revista Tiempo, porque forma parte de su identidad, respeta y respetará cualquier opinión de cualquier colaborador siempre que esté dentro de los límites que marcan las leyes y las costumbres generalmente aceptadas. (...) Y eso no significa, como le decía antes que en Tiempo estemos de acuerdo con el señor Molina Foix. Desde la discrepancia, como la suya, le pediremos que haga ese ejercicio de reflexión. (...)
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