9/7/09

En Madrid, entre dibujos y tequilas

Hace un par de semanas que fue la presentación de mi cómic en Madrid. Por suerte, contábamos en la posterior juerga con Belén García Francoy, periodista de raza que escribió esta crónica en tono de cachondeo que ahora fusilo indecorosamente. Todo un honor aparecer en su concurrido blog Quédate a dormir.

Adios a mi marionravenwoodismo


Tengo este post pendiente desde hace un par de fines de semana. Pero es que, amigos, me ha costado recuperarme de aquella noche, que empezó en un garito de tapeo, continuó en otro de modernos y terminó de mala manera.

La culpa fue de Max Vento, autor de "Actor Aspirante", que vino a presentar su nuevo comic a Madrid.

La culpa fue de mi hermana Ro que me lió para sacarlo por ahí.

La culpa fue de Mauro Entrialgo, que se inventó el juego de beber un chupito de tequila cada vez que escucháramos las palabas "Michael Jackson".

La culpa fue del camarero del primer garito, que nos invito a los tequilas.

La culpa fue de mi metabolismo, que no es el que era.

Vamos por partes. En la cena, entre tapas y cerves, tres dibujantes e ilustradores me hicieron unos dibujitos muy chulos... pero me pidieron algo a cambio.

-A ver, periodista, ahora nos harás tú una crónica, ¿no?

Escribí una crónica improvisada en una servilleta, y la leí con mi mejor voz de radio. Un rato después mediobosquejé una segunda. La tercera la escribí a posteriori, porque esa noche no estaba en condiciones.

Los dibujantes beben, con o sin, pero no necesitan ir al baño
Si le das a un artista un vaso con líquido bebible dentro, un papel y un boli... y lo tendrás entretenido hasta 6 horas. Esta es la moraleja que sacan Be y Ro de su velada entre comiqueros. Se advierte una pequeña modificación en la conducta, eso sí, si el dibujante en cuestión vive fuera de España. Pero ésa es la excepción. Hasta cuatro rondas de cervezas y nesteas aguantaron Max, Álvaro y Juan sin necesitar pasar al aseo de los chicos... Todo un record, según las experiencias previas de estas dos improvisadas reporteras.

Y luego otra.

Camarero antipático termina siendo un trozo de pan
Los peores modos de la restauración madrileña convertidos en 100 kilos de fan entregado al cabo de cinco rondas, varias raciones, papeles, rotus y dibujos. El camarero empezó mal, con pocas ganas, poco encanto y menos sonrisas, pero tres horas después pedía a los dibujantes Juan Espadas, Álvaro Muñoz y Max Vento que le hicieran algo especial para decorar las paredes del local. El talento todo lo pudo aquella noche, incluso trocar un mal comienzo en un gran final: tres rondas de tequila a cuenta de la casa.

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