11/9/08

Traducir un cómic

Hace poco, le contaba a una amiga mi intención de buscar a alguien que me tradujese Actor Aspirante para poder mover la obra fuera de España. Me dijo, quizá sin pensarlo demasiado, que traducir un cómic no debía ser tan difícil. Como no tenía ganas de soltarle un discurso del tipo defensa de la dignidad del cómic (a veces soy así de vago, qué le vamos a hacer) le di la razón sin mucho entusiasmo. Al fin y al cabo, la traducción de un cómic parece más accesible que la de otros géneros como la poesía o la prosa. Cualquiera con un buen conocimiento de la lengua puede hacer que el significado del texto no se vea substancialmente alterado. Ahora bien, darle la chispa, la vida necesaria, ofrecer una lectura fluida que respete los distintos registros (que el niño hable como un niño, el anciano como un anciano, el tendero como un tendero…), conservar la riqueza de matices y, sobretodo, mantener la fidelidad al original sin que, en el nuevo idioma, el texto suene forzado, requiere no sólo un perfecto dominio de las lenguas sino, además, aptitudes literarias. Esto es otro nivel y, desde luego, yo no lo veo fácil en absoluto. Por tanto si alguien me repitiese lo que mi amiga me dijo, matizaría: “Cierto, traducir un cómic no es tan difícil. Lo difícil es hacer una buena traducción."

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