Se llamaba Don Alejo.
Era un viejo ranchero mexicano. Trabajador, honrado. Un hombre de palabra.
En mayo de 2010 dos camionetas cargadas de narcotraficantes irrumpieron en su finca y
exigieron que la propiedad les fuera entregada en 24 horas.
- Lo pensaré -dijo el viejo.
- La finca o plomo, abuelo - respondieron los narcos.
Ricardo Vilbor y yo publicaremos el proyecto 'El Viejo y el Narco' el año que viene en Francia y -muy probablemente- también en España. Iré subiendo más detalles. ¡Espero que os guste!
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