Borja Crespo, agitador de neuronas (y personaje entrañable), me hace una entrevista para La Guía del Cómic que reproduzco a continuación.
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ENTREVISTA A MAX VENTO
Por Borja Crespo
La profesión de actor no es nada fácil. Días y días esperando a que suene el teléfono, trabajando en lo que sea para subsistir hasta que surge esa esperada oportunidad que no siempre es el principio de una nueva vida. En Actor aspirante, Max Vento (Valencia, 1977) narraba las vicisitudes de un joven artista con ganas de comerse el mundo que, muy a su pesar, pasaba las horas sudando la gota gorda trabajando en una hamburguesería. El álbum, publicado por Dolmen, puso al dibujante valenciano en el mapa, gracias a su buena acogida optó a los premios Mejor Autor Revelación y Mejor Obra Española en Expocómic de Madrid en 2008. Más recientemente, figuró en la lista de los nominados a Mejor Autor Revelación en el último Salón Internacional del Cómic de Barcelona, donde precisamente presentó la segunda entrega de la serie, Noches de citas, en cuyas páginas se nota un avance en el dibujo, más suelto y expresivo. Sobre el argumento, esta vez hay tres historias cortas y no una larga fraccionada en capítulos como en el primer volumen.
La serie desgrana en tono de tragicomedia costumbrista la historia del aspirante a actor Pablo Díaz-Strasser. El protagonista se enfrenta a los problemas propios de su profesión, se relaciona con tipos casi tan patéticos como él y se lía con las mujeres menos indicadas. Mientras en la primera aventura Díaz-Strasser preparaba un casting para monologuistas, diseccionando su propia existencia en el proceso creativo, en Noches de citas la cosa se centra más en los roles secundarios. Este ilustrador y diseñador gráfico freelance, licenciado en Bellas Artes, es seguidor de Woody Allen y confiesa que a la hora de darle a las viñetas se siente influido por los Simpsons, Daniel Clowes, Ralf König, Dupuy y Berberian, Mauro Entrialgo, Peter Bagge, Joe Matt y un largo etcétera. Hergé, Max, Daniel Torres, Jaime Hernandez y demás exponentes de la línea clara también le resultan indispensables. Actualmente reside en EE.UU. Se siente cómodo al otro lado del Atlántico.
¿Como aparece en escena el personaje de Actor Aspirante?
Llevaba idea de hacer una especie de sitcom en formato cómic que girase en torno a la vida de varios artistas tratando de abrirse camino. Cuando me puse con el guión, la historia del actor se me antojó la más interesante y fui dejando al resto de personajes un poco más de lado.
¿Por qué elegiste artistas?
Supongo que la razón es porque creo que hay algo tierno y a la vez patético en los artistas noveles con aspiraciones que le va muy bien a una historia de este tipo y con los cuales yo, como dibujante aspirante, también me identificaba. No sé si estarás de acuerdo, pero el mundo del arte ofrece una fuente inagotable de personajes cuanto menos curiosos: ¡oro puro para un dibujantes de cómics, vamos!
¿Qué diferencias hay en esta segunda entrega?
Creo que hay un avance en el dibujo, que me parece más suelto y expresivo. En cuanto al tema, en esta ocasión nos encontramos con tres historias cortas en un álbum de 63 páginas en oposición a la historia larga fraccionada en capítulos del primer volumen. Por tanto, la estructura narrativa también ha variado. En cuanto al tono, es más desenfadado y humorístico, menos agridulce. Noches de citas no es lo que comúnmente se entiende como una segunda entrega.
¿El personaje protagonista eres tú disfrazado?
No. Ni soy Pablo Díaz-Strasser ni el resto de personajes secundarios. Aunque si entendemos la autobiografía de forma más sutil, quizás sí haya algo mío en casi todos los personajes. No obstante, creo que hay que tener un poco de cuidado cuando se habla de elementos autobiográficos en las historias de ficción. Sospecho que todas ellas tienen partes en las que el autor se ha basado en su propia experiencia. Aunque propia la experiencia no ha de entenderse únicamente como vivencias. Ésta incluye las lecturas, las películas vistas, las anécdotas contadas por amigos... Todo lo que permite que afloren las ideas.
Acudiste al Salón del Cómic de Barcelona al estar nominado. ¿Cómo viste el ambiente del este año?
No he estado las veces suficientes como para poder comparar. Yo lo vi bien. Con buen ambiente, muchas novedades, exposiciones…
¿Cómo te tomas este tipo de saraos?
En general, procuro aprovechar para relacionarme con gente del mundo del cómic con la que no suelo tener contacto en mi vida diaria. También trato de cazar algunas gangas, ver exposiciones…
Las sesiones de firmas te permiten estar en contacto con tus lectores. ¿Te llevas sorpresas?
Por de pronto no he tenido sorpresas, auque soy un recién llegado y he hecho pocas sesiones de firmas. Sí es agradable que haya gente que te pregunte por tu trabajo o por los personajes con genuino interés después de hacer una cola y comprar un libro… También sorprende cuando, a veces, te hablan como si te conociesen de toda la vida: “Hola Max, ¿cómo va la mañana?” No deja de pasmarte un poco el que haya gente que sepa más o menos quién eres.
¿Te animas a destapar tu proceso de trabajo frente a la hoja en blanco?
Durante varios meses tomo notas en una libreta, generalmente, de forma esporádica a la vez que trabajo en otro proyecto. En este momento no soy excesivamente exigente y anoto cualquier idea medianamente interesante. Poco a poco el asunto va tomando forma y cuando me toca ponerme en serio con el proyecto tengo bastante clara la historia que quiero escribir. Entonces, hago un guión literario, a modo de guión de cine, aunque sin acotaciones, dado que lo escribo para mí. Una vez terminado, dibujo los bocetos de las páginas. Este es mi momento favorito, cuando planeo cómo va a quedar el libro. En esta fase suelo cambiar partes del texto que quedan redundantes al aparecer junto al dibujo. Más adelante, me baso en esos bocetos y en algunas fotografías para empezar con las páginas de verdad que dibujo a lápiz primero y entinto después. Lo último es el proceso digital: rotulación, aplicación de tonos en gris... Como ves, mi proceso es demasiado complicado. Estoy tratando de simplificarlo pero aún no sé cómo.
¿El mundo del cómic pasa un buen momento?
Tiene una mala salud de hierro.
Actualmente resides en EE.UU., ¿cómo anda la historieta por allí?
Está cobrando mucha fuerza y gozando de mayor respeto a nivel institucional y académico. Art Spiegelman decía en una entrevista algo así como que “ahora que el mundo se va al garete a los cómics les va genial”. Hace poco me contaban acerca de una tira que hacía referencia al boom de la novela gráfica en EE.UU. que me pareció muy ilustrativa de la situación americana. Salen dos tipos de una biblioteca y le dice uno al otro: “¿Ahora también tendremos que pretender que nos gustan las novelas gráficas?”
Diferencias respecto a lo que nos encontramos en nuestras fronteras...
Lo primero es que tienen un mercado mainstream impresionante, del que aquí carecemos, en el que hay gente que se gana muy bien la vida, aunque yo me sienta bastante alejado de ello. No por esnobismo, sino porque me parece tan autorreferencial que es difícil para un recién llegado y, realmente, me da pereza el esfuerzo. En cuanto al independiente, que me parece más accesible, hay de todo, obras geniales y obras menos geniales, como en todos los sitios. Pero al menos sí se edita mucho, cada vez más, y parece que el público objetivo de este tipo de cómic va en aumento. Si pudiese criticar algo del independiente americano, sería que en ocasiones se descuida el dibujo. Y no lo digo sólo yo… No tienes más que entrar en la web del Center of Cartoon Studies y te lo dicen bien claramente: “el alumno que quiera venir a estudiar aquí, no tiene por qué tener experiencia dibujando”.
Cuenta lo que creas oportuno sobre tu estancia allí.
A EE.UU. es difícil entrar pero una vez lo has hecho pasas a formar parte del país. Me da la impresión de que la gente está menos encorsetada y tiene una actitud más abierta de lo que estoy acostumbrado y que, en líneas generales, no tiene miedo a los cambios ni a las innovaciones. Todo lo contrario, están encantados de que alguien de fuera venga con ideas frescas. Tienen una capacidad de asimilación admirable y valoran la creatividad.
Si tuvieses que elegir a un artista con el que te gustaría que te relacionasen, ¿con quién te quedarías?
Si lo restringimos al cómic, entre muchos otros, de allá me quedaría con el primer Daniel Clowes y de aquí con Max (¡el nombre por lo menos ya lo tengo!). Creo que son ejemplos de autores de cómic completos.
¿Puedes vender tu último álbum a un profano?
¡Buf! Me da un poco de corte ser yo el que salga a la palestra a decir lo bueno que es mi cómic... Sin embargo, creo que sí es un tipo de cómic que suele gustar a quien no acostumbra a leer cómic...
Borja Crespo (Bilbao, 1971) escribe habitualmente sobre cómic en diferentes publicaciones, especialmente en el diario El Correo, y ejerce de cabeza visible de la organización del Salón del Cómic de Getxo. Acaba de publicar el libro de microrelatos ilustrados Cortocuentos con dibujo de Chema García (Astiberri) y está ultimando un recopilatorio de historietas cortas titulado Te hiero para Dolmen Editorial.
2 comentarios:
Escasa pero buena entrevista.
Gracias, Sebas. Me alegra que te interesase.
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